Hay múltiples factores que considerar a la hora de elegir tu siguiente vehículo, y parece que cada día haya más. Primero tienes que decidir el tipo de vehículo, es decir, si quieres una berlina, un SUV, un deportivo… Esta decisión parece la más fácil, pues si tienes bien definido para qué es lo que quieres el coche, la pregunta se responde sola. A continuación, llega la cuestión de en qué marca confiar y qué modelo se ajusta más a tus necesidades. Claro, que el presupuesto del que dispones te orienta bastante en este sentido, aunque si decides comprar un coche de segunda mano las posibilidades vuelven a crecer.
Sin embargo, hay algo que sí o sí te preguntarás a la hora de adquirir tu siguiente coche. Y es que si todavía no tienes claro que los coches híbridos o eléctricos sean para ti, la pregunta del millón se reduce a esta: ¿coche diésel o gasolina? ¿Qué me conviene a mí? Tranquilidad, es una pregunta que todos nos hacemos, o al menos todos deberían hacerse antes de adquirir un nuevo coche. En este artículo repasamos todas las diferencias entre estos dos combustibles y sus respectivos motores. Empezamos con un poquito de historia y funcionamiento.
Primero hay que ponerse en contexto. La primera diferencia entre ambos tipos de motores comienza con su invención. El primer motor de gasolina fue inventado en 1876 por el ingeniero alemán Nikolaus Otto. Este primer modelo fue un motor de combustión de cuatro tiempos que no fue especialmente eficiente, pero sin duda sentó las bases de lo que pocos años más tarde ofrecerían los automóviles modernos.
Entre alemanes queda la cosa, pues fue otro ingeniero alemán llamado Rudolf Diesel quien 18 años más tarde, en 1894, inventó y patentó lo que por aquel entonces se comenzó llamando el motor de combustión y lo que conocemos hoy como el motor diésel; y el resto ya es historia. ¿De dónde pensabas que venía la palabra ‘diésel’?
En resumidas cuentas, ambos motores tienen funcionamientos similares. Tanto los motores de gasolina como los motores diésel se basan en combustión interna, es decir, una serie de explosiones que ocurren dentro del motor y que convierten el combustible en energía mecánica, la cual es responsable de impulsar el vehículo hacia adelante. Entonces, ¿funcionan exactamente igual? Casi, pero la pequeña diferencia entre ambos lo cambia todo. Esta se basa exactamente en cómo se producen estas explosiones internas.
En los motores de gasolina, los pistones mezclan el combustible con aire comprimido, y son las bujías las que mediante un chispazo encienden esta mezcla, generando la explosión y moviendo el vehículo. Sin embargo, en los motores diésel, primero se comprime el aire, lo que a su vez hace que se caliente. Aquí el combustible se enciende cuando golpea al aire caliente sin necesidad de un chispazo, lo que se conoce como auto-ignición.
Vale, ahora tenemos un poco más claro qué diferencia a ambos combustibles y sus motores, pero entre un coche de gasolina o un coche diésel, ¿cuál deberías comprar? Se trata de determinar qué tipo de combustible y su motor se adapta mejor a tus necesidades.
Más eficientes en viajes cortos
Si estás buscando un coche asequible y práctico para hacer la compra semanal en el supermercado, llevar a los niños a la escuela o moverte por la ciudad, un automóvil de gasolina puede ser una excelente opción. Además, ahora muchos de los motores de gasolina modernos disponen de turbo-compresor, que proporciona un aumento de potencia haciendo que incluso los motores más pequeños sean extremadamente eficientes.
Los motores de gasolina producen menos polución
Uno de los puntos fuertes de los coches de gasolina es que producen emisiones mucho más bajas comparadas con los motores diésel. Estas emisiones contribuyen a la contaminación del aire local, vinculado a problemas respiratorios y de salud, especialmente en áreas urbanas. Esto se traduce en un menor número de restricciones de movilidad y aparcamiento en las grandes ciudades.
Los coches de gasolina son más silenciosos
A pesar de los grandes avances tecnológicos de los motores diésel, los motores de gasolina siguen siendo, por lo general, más sutiles y silenciosos que los motores diésel. Como vimos al inicio del artículo, eso se debe a sus diferencias de funcionamiento de cada motor, por lo que los automóviles de gasolina producen menos ruido y generan menos vibraciones, diferencia que se agrava todavía más cuando arrancamos el vehículo en frío.
Más eficiente en viajes más largos
Los motores diesel ofrecen más potencia a revoluciones más bajas del motor que su equivalente en gasolina. Esto hace que los motores diésel resulten más adecuados para los viajes largos por autopista, ya que no trabajan tan duro como los motores de gasolina para poder ofrecer el mismo rendimiento.
Mejor eficiencia de combustible
Los motores diésel son capaces de ofrecer más kilómetros que los de motores de gasolina con la misma cantidad de combustible. La razón no reside tanto en la eficiencia del motor en sí sino en el combustible en cuestión, pues el diésel contiene más energía.
Menores emisiones de CO2
Como hemos comentado antes, los motores con combustible diésel polucionan más el aire local pero producen menos emisiones de CO2. La cantidad de CO2 que emite un vehículo está directamente relacionada con la cantidad de combustible que usa un motor, por tanto, los automóviles diésel emiten menos CO2 que los automóviles de gasolina.
Sentimos decirte que la respuesta sigue siendo: depende. Depende sobre todo de la cantidad de kilómetros que pretendas recorrer y la manera en qué lo hagas. Si lo que planeas es cubrir la mayor parte de tus kilómetros mediante múltiples viajes cortos por la ciudad, un coche de gasolina es tu mejor opción.
Si por el contrario planeas realizar viajes largos con frecuencia, o por lo general más kilómetros en autopista que en ciudad, un coche diésel podría ser la mejor opción para ti.
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