Desde teléfonos móviles y aviones hasta cepillos de dientes eléctricos y por supuestos, los vehículos… Seguramente ya lo habrás escuchado, quizá te ha llegado a través de una televisión que buscas pero que no vuelven a reponer, o puede que por la tan deseada PlayStation 5 que parece que nadie es capaz de encontrar. Así es, la producción de millones de aparatos electrónicos está en crisis.
Cualquier dispositivo con alguna aplicación inteligente está sufriendo la escasez mundial de microchips. Pero, ¿cómo hemos llegado hasta esta situación? ¿Por qué faltan los microchips? ¿Hasta cuándo se va a mantener este desabastecimiento? Y quizá la pregunta que más te interesa resolver, ¿cuáles son las consecuencias para los consumidores?
Hay un enorme retraso en la producción de multitud de dispositivos electrónicos a nivel mundial. Para hacernos una idea, hasta el mismísimo Apple está teniendo problemas para hacer llegar su último modelo, el iPhone 13, a los puntos de ventas, y es que desde Silicon Valley afirman que de la producción de los 90 millones de dispositivos prevista para el último trimestre del año se reducirá a tan solo 10 millones por este retraso en el suministro de sus componentes.
Los microchips están en casi todos los componentes electrónicos que nos rodean, ¡incluso hasta los pasaportes electrónicos! Pero sin duda, la más afectada por la conocida “crisis de los microchips” es la industria automovilística. Para hacernos a la idea, se estima que los fabricantes de automóviles de todo el mundo dejarán de ingresar este año alrededor de 100 mil millones de Euros por esta crisis.
Pero como en todas las crisis, no solo las empresas se ven afectadas, sino que los consumidores también. Debido a la gran demanda de microchips, los fabricantes de estos cobran más por ellos produciendo un efecto en cadena, pues los dispositivos que utilizan estos microchips se encarecen u ofrecen menor calidad o servicio por el mismo coste… Es la regla general, cuando suena la palabra ‘crisis’ nadie se salva.
Y ahora la pregunta del millón, ¿cómo hemos llegado a esta situación? Pues como casi todas las “preguntas del millón”, no hay una única respuesta. Pero, sin embargo, hay una más clara que el resto, y esta es la pandemia. En todo el mundo, las fábricas tuvieron que cerrar para frenar el avance del virus a principios de año. Simultáneamente, debido a las restricciones y sobre todo al confinamiento, la demanda de nuevos ordenadores, tablets y videoconsolas se disparó en todo el mundo. Así que, si a una menor producción le sumamos una mayor demanda, el resultado es el desabastecimiento.
Llegados a este punto, aunque quizá debíamos haber comenzado por ahí, ¿qué es exactamente un microchip? Es un conjunto de circuitos electrónicos sobre una superficie de silicio. El silicio es un material semi-conductor, y mezclado con otros materiales puede ser más o menos conductor según nos interese, y en resumidas cuentas, esto permite encender o apagar una corriente eléctrica. A partir de ahí, sus funcionalidades son infinitas, pero imprescindibles para que cualquier dispositivo electrónico pueda funcionar.
Lamentablemente, la crisis parece agravarse, y los nuevos brotes están afectando de nuevo a los fabricantes. Ahora mismo, llegados a este punto, ya nadie sabe cuándo se va a resolver de una vez por todas con este desabastecimiento. De lo único que están seguros los expertos es que esta ‘crisis del microchip’ se va a alargar al menos durante todo el año 2022. Lo que te puede afectar directamente si estás pensando en comprarte un coche.
En España diversas fábricas de automóviles por todo el territorio pararon su producción durante los primeros meses del año; lo que se traduce en tiempos de espera más largos para adquirir un coche nuevo y además la falta de recambios de algunos de sus componentes electrónicos. Esta paralización de las cadenas de producción hizo que los nuevos coches no llegaran a sus concesionarios, incrementando en meses el tiempo de espera de sus clientes.
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